miércoles, 14 de agosto de 2013

La niña Inca congelada 500 años y los nuevos descubrimientos Mas

La niña fue descubierta en 1999 en la cordillera de los Andes, en la cumbre del volcán Llullaillaco. “La Doncella del Llullailaco”, como se la ha denominado en honor al lugar de su aparición.

La niña Inca congelada 500 años y los nuevos descubrimientos
Las diferentes investigaciones realizadas desde su descubrimiento indicaban que la niña de aproximadamente 13 años, fue colocada en un altar en la cima de la montaña de los Andes, en la frontera de Argentina y Chile, como un sacrificio a los dioses. Allí permaneció por aproximadamente 500 años, hasta el año 1999 en que los arqueólogos recuperaron su cuerpo congelado, junto con el de otros dos niños sepultados por separado, un niño y una niña de entre cuatro y cinco años de edad.
Según la última investigación reportada el pasado 29 de julio, las tomografías de la momia revelaron una masa de hojas de coca masticadas en su boca. Los análisis químicos del cabello revelan que su consumo de alcohol, probablemente en forma de chicha que se suele hacer de maíz, se disparó en las últimas semanas y el consumo de coca tuvo su momento más elevado 6 meses antes de su muerte. También los cuerpos de los otros dos niños presentaban niveles relativamente altos de alcohol.
Por otra parte, una tomografía computarizada reveló una importante cantidad de hojas de coca en la boca de la “Doncella”, la cual habría estado masticando en sus momentos finales. Andrew S. Wilson, de la Universidad de Bradford en el Reino Unido y sus colegas describen los hallazgos en un informe que será publicado en línea esta semana en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU..
Aunque no se conoce la razón exacta del sacrificio de los niños, los investigadores creen que podría haberse tratado de una ocasión anual Inca, o de un incidente imprevisto, como la muerte de un gobernante o de un desastre natural. Lo que parece evidente es que la doncella recibió significativamente más hoja de coca que los niños más pequeños, lo que según los investigadores sugiere “una mayor necesidad de sedarla a ella”. Por la disposición del cuerpo de la niña y de sus prendas y artefactos ceremoniales que la rodeaban, se desprende que estaba muy sedada o muerta cuando fue colocada en el altar.
Ahora reposa en su nueva cámara funeraria de acrílico, la temperatura del interior se estabilizó a -18º C, lo que la mantiene en un estado de congelación constante.


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